-
Amasijo de miedos
Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde para borrarlos de su mente. Había abierto su particular caja de Pandora de la que salieron en estampida todos y cada uno de los miedos que se habían ido acomodando a lo largo de los últimos años.
Cada situación llevaba aparejada una angustia, desde las más absurdas e insignificantes a las más pesadas y tortuosas. Estaban aquellas que marcaban distancias entre sus pies y la tierra firme como los miedos a las alturas o a las profundidades del mar. Éstas eran motivo de temblores,
… Ver más
-
Las zapatillas mágicas
Hacía mucho tiempo que no creía en los Reyes Magos.
Todo empezó a los 9 años cuando su primo le reveló la verdad, convirtiéndola -muy a su pesar y con el consiguiente disgusto ocasionado- en una guardiana más del Gran Secreto. Pasaron los años y se transformaron sus creencias, alejándose de las que había heredado de su familia. Ahora estaba casada y tenía un niño que, por herencia, tampoco creía en la magia de los tres reyes.
Pero aquella mañana del 6 de enero le despertaron unos sonidos que provenían del salón de su casa.
… Ver más
-
La base
Observa tus dedos. Déjales hablar. Sin esfuerzo dales vida, que sean libres para imprimir las letras sobre el blanco del olvido.
Olvidaste quién eres.
Que se muevan alegremente en el espacio donde la nada se tiñe de colores con la vida.
Crea.
Parte de una base, no importa si es pequeña o grande, cualquiera sirve para hacer grandes cosas, para darles vida a los sueños, a la nostalgia, a la emoción atrapada, para que tu aliento no sea bala que revienta en tus adentros,
… Ver más
-
El surfista
Una tarde más se calzaba las chanclas y se anudaba a la cintura el pareo blanco con el dibujo de una hoja verde de cáñamo, bajo la cual aparecía escrita en letras minúsculas la palabra “peace”. Por encima, una camiseta comedidamente holgada y desgastada por el uso hacía entrever el bikini de gamas azules a juego con el mar.
Le gustaba pasear por la playa al atardecer, cuando el mar se embravece pero siempre muere suave en la orilla, refrescando los pies con el chapoteo del caminar ligero.
… Ver más
-
El colgante móvil de techo
La habitación estaba habitada por pájaros blancos como gaviotas, danzantes al ritmo de las notas y pendientes de unos hilos que les impedían soltar el vuelo, nunca vivido, desde ese rincón de la sala.
Volar, querer volar… cuando los hilos atenazan las alas, y poseen el poder, otorgado por los años, de conferir contadas licencias: contemplar la mirada azulada de la mujer de negro del cuadro, oír el chirriar de las dos sillas milimétricamente dispuestas a ambos lados de la plomiza mesa, respirar el aire salino que el mar devuelve al romper de las olas o escuchar a la nada vitoreando cantos mortuorios que martillean lentamente el corazón.
… Ver más
-
Con dos linajes, ¡ahora sí!
Algunos lectores del blog me han preguntado en diversas ocasiones quién es Julia, la que mira atenta la vida y a la que le doy voz con mis palabras en este blog, y siempre contesto lo mismo: Julia soy yo.
Yo visto con otro nombre en los papeles, con el de mi padre hecho mujer con María, y con él incorporada al linaje paterno, pero dejando en el olvido oficial, no sé si con intención o no, el que heredé de mi familia materna, porque Julia fue la abuela que conocí,
… Ver más
- « Anterior
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
- …
- 7
- Siguiente »