Aunque no quiera verla

Lleva días acechando en la ventana
Como un animal en celo
Que va y viene
Que viene y va
Al olor de la nueva presa
Con sigilo para no ser descubierta.

Huelo su estela
Llena de vidas ajenas
De podredumbre añeja.
No quiero mirarla
No sea que venga
Ni de reojo siquiera.

Hoy ronda a mi pequeña coqueta,
Le deshace los cabellos
Se apodera de sus gestos
Le desmaquilla el alma
Anida en su cerebro y la torna marioneta.
Le dirige los pasos
Se mete en sus sueños
Le trae recuerdos a pedazos inconexos
Dejándola tirada
Susurrando a su mirada:
Vuelvo pronto, no te escapas marioneta.
Maquiavélica, retorcida, de mala calaña la bestia.

Quisiera encerrarla en un pentagrama,
Como en una torre encantada,
Y que compusiera su canción sombría, un réquiem, otra partida.
Que fuera negra, blanca, corchea rápida o semicorchea, lo que quisiera,
Pero atrapada entre barrotes de hiedra
de aperturas inciertas
impasibles a sus quejas.

Quisiera meterla en una chistera y convertirla en rosa negra
Que sus pétalos decidieran, si nos vamos o seguimos,
sin preámbulos,
sin rondarnos con la angustia de la espera.

O cogerla del pescuezo
Que se fuera
Muerte negra.

Aunque no quiera verla,
¿Qué sería de la vida
si la muerte no existiera?
….