A veces corro tras ellas para que no se me escapen, son las palabras fugaces, rápidas, breves, cortitas, de pocas sílabas y habituales, no puedo apartarlas por básicas porque construyen puentes a las que se creen esenciales.
Otras las encuentro en la calle, ¡callejeras! Si veo un pelícano rojo guiñándome un ojo, saco de su buche palabras aladas que sobrevuelan la página.
Algunas las presiento detrás de mi oreja, las juguetonas, susurrantes, obligando a los oídos a estar bien abiertos a cualquier detalle, tímidas bonitas, ¡adelante!
Las hay que vienen cantarinas en estéreo envolvente cuando voy en el coche, bailamos soul en primera, jazz en tercera y pop rock si cambio a sexta.
Muchas aparecen entre los árboles, mueven las ramas destilando olores de colores, las fresquitas y naturales con aromas florales, a hierba mojada y a fango suave, otoñales.
Palabras que vienen de otras voces, de otros aires, componiendo melodías impensables.
Están las remolonas de la mañana que con un café se despiertan y hablan sin tapujos, son directas, nada las frena, vaya inconsciencia.
Las miedosas no se atreven por si alguien las juzga y se desbaratan de la vergüenza. También están las locas con las que me río y me divierten, me contagian y me ganan para siempre.
Otras suplican aparecer en la escena y me ponen carita de pena, menudas pícaras ellas.
Las palabras tristes me conmueven, las guardo en un abrazo hasta que ellas quieren, las consentidas que me enternecen.
Algunas salen de la sopa, insípidas o sabrosas, o las leo en los silencios, muchas danzan en los labios, las que tiritan de miedo, las que huelen a fragancias de perfumes ajenos, las que mueren en los textos, o las que vienen cuando sueño.
Ninguna mía, me las encuentro, para jugar o sufrir con ellas, para pintar sobre lienzos con pinceles de vocablos hechos de sonidos extensos, y así sentir sus texturas, el corazón de las letras, con cada trazo, en cada huella…
No son mías por decirlas, no tienen copyright ni patente, aparecen, desaparecen. Son ellas las que escriben, las que narran las historias, las que crean los poemas. Yo las atrapo porque se dejan, pero no son de nadie, sólo de ellas.
Me encanta, está genial! Es siempre un placer leerte
Y yo que me alegro. Gracias querido.
Una Joia i una petita meravella. Molt agraïda, amiga.
Em porten els teus versos als d’un altre poeta….
» Naveguem entre somnis
per les paraules i els colors
i els preguntem: Qui som?
Mai no responen. No més es deixen fer
i ens miren de reüll
( C. Duarte)
Gràcies menudeta per les teues paraules que sempre valore. Preciós el poema de Duarte. Gràcies.
Me encanta!!! Te seguiré leyendo!! Besos
Gracias Sus! Un abrazo grande grande.
Qué bonito!!!Palabras matineras que me despejan y con las que comienzo el día. Gracias. 🙂
También están ellas, las que te dan los buenos días con un beso. Gracias Arancha
Palabras que nos dejan sin palabras, pero arrancan una sonrisa. Gracias.